Bueno, después de unos días de locos el trabajo retoma fuerza y vigor en el medio del Congo.
Para distraer la neurona salí dos días sobre el terreno con el grupo de deminaje.

Con el grupo de deminaje hicimos varios kilómetros a pie por el medio de la selva, no nos encontramos con Tarzan pero si con la mona chita y todos sus parientes y amigos.

Intentare desasnarlos en el tema minas, no, no esas minas.

Caminando un día por ChiangMai con Marie, una especie de tía abuela polaco-francesa que hace Tai-Chi, encontramos un cartel en ingles pidiendo donantes de sangre.
Yo siempre fui donante, desde chiquito me gusto eso de ser drácula al revés.
Como el cartel incluía una dirección de email uno o días días después le escribí una carta a la señora Anabelle.
Pasaron otros dos o tres días antes de recibir la respuesta. La hija mas chica de Anabelle, Melissa, estaba internada en el Hospital de ChiangMai, con leucemia y necesitaba donantes.

Enero 2005
Estimados amigos:
 
Primero que todo mis disculpas por enviar un mail global a mi lista de Outlook.
Pienso que la situación actual de los sobrevivientes del Tsunami lo amerita.
La información de la prensa es apenas un pálido reflejo de la realidad. El diagnostico del Secretario General de la ONU, Mr. Kofi Anan es dramáticamente acertado, en 10 años aun estaremos trabajando en la reconstrucción de daños.

A veces cuando trato de ver el camino que me ha traido hasta aqui me acuerdo de aquel poema de Machado popularizado por Serrat, “caminante no hay camino sino estelas en la mar”.

Después del robo en Tailandia de todas mis pertenencias, documentos, dinero, ropa, cubiertos, muebles… en fin, todo lo que me quedo fue un pasaje a Europa y mi inseparable notebook.
Asi pues en febrero del 2003 me fui a Bruselas donde puse a prueba el sistema de seguridad social para los SDF (sin domicilio fijo).
Handicap internacional me propuso una tarea “dificil” : hacerme cargo de la misión en el sector rebelde del Congo, en Kisangani. Alli se encontraba en problemas un proyecto de deminaje iniciado tiempo atras

Desde el plateau Boyoma al lado de Kisangani la noche deja el lugar a la selva.
Con un café negro, todas las mañanas encuentro un motivo para asombrarme al amanecer.
Los pájaros de todos los colores, los lagartos verdes y rojos, los ruidos de la población que se despierta.
Este enclave aislado tiene una enorme resistencia a dejarse vencer y revive cada día por razones desconocidas.

Community Forest Management (CFM) strategies